Empresarios atrapados en un psiquiátrico por error o guionistas reconvertidos en vagabundos para encontrar la inspiración perdida: sobre estos y otros personajes escribía, entre 1920 y 1940, F. Scott Fitzgerald en el puñado de relatos que se reúnen por primera vez. Textos recientemente descubiertos y también textos repetidamente descartados por editores que no reconocían en ellos la marca de Fitzgerald.