«Creo que, pasado el tiempo, mis libros serán un buen documento para conocer lo que pasó en nuestro país en los últimos años. Este nuevo ejemplar es muy duro, porque en él denuncio situaciones gravísimas que están ocurriendo en España y en el mundo. Dada la precariedad laboral existente, cualquiera que disponga de información que afecte a la empresa en la que trabaja se lo pensará dos veces a la hora de utilizarla. Si un militante de un partido quiere hacer carrera política, se morderá la lengua antes de criticar a sus dirigentes. Incluso a un presidente autonómico se le recomienda que no critique al presidente del Gobierno?
Otros temas delicados son los relativos a la Casa Real o a la justicia, por no hablar del tabú que rodea a los medios de comunicación públicos. Sin embargo, estoy en condiciones de afirmar que en este libro no me he escondido a la hora de tratar los temas que me parecen más importantes, y lo he hecho sin ningún
tipo de autocensura. Tengo setenta y cinco años y lo único que pretendo es decir lo que pienso para estar en paz conmigo mismo».