Según cuenta la leyenda, un pobre diablo fue de los primeros en alzarse en la rebelión celestial y caer a los infiernos. Fue entonces cuando el resto de los diablos le cayeron encima... y de ahí quedó cojo. Son muchas las referencias en la tradición popular española al diablo cojuelo, figura que, gracias a su pintoresca forma de andar por el mundo, se aleja de la concepción para acercarse a la risa y a la picaresca. Pero fue, sin duda, la obra de Luis Vélez de Guevara, escrita en 1641, la que mayor fama le ha dado a lo largo de la historia.
Un estudiante que huye de la justicia entra en la buhardilla de un astrólogo. Allí se encuentra con un diablo encerrado en una redoma y lo libera. En agradecimiento, éste levanta los tejados de Madrid y le enseña las miserias, trapacerías y engaños de sus habitantes. De este modo, a través de tal singular persona, Guervara refleja , a modo de sátira ingeniosa, las costumbres, la cultura y los usos literarios de la época barroca.
EDICIÓN REVISADA